sábado, 29 de febrero de 2020

MODERNIZACIÓN Y TRADICIÓN:


Una perspectiva humanista y racionalista de la secularización y del cambio de papel de ésta y de la religión en la sociedad

Kjartan Selnes, Sociólogo de la Asociación Etica Humanista de Noruega




Resumen
El autor explica como en la economía global los procesos de modernización afectan las sociedades tradicionales especialmente en el contexto religioso. Además analiza el fundamentalismo y compara las diferentes perspectivas hacia el establecimiento de prácticas humanistas seculares en países industrializados y en vías de desarrollo.

Abstract
The author explains how in global economy the modernization processes affect traditional societies especially in the religious context. He also analyzes fundamentalism and compares the different perspectives towards the establishment of secular humanists practices in industrial and underdeveloped countries.
  
  La situación mundial en años recientes ha propiciado un amplio espacio en el cual la religión es un tema básico para el estudio de las tensiones continuas entre tradición y modernidad. El resurgimiento del fundamentalismo islámico en las políticas del Medio Oriente, la aplicación de teologías de la liberación cristianas a situaciones políticas en América Latina, la intensificación de asuntos Iglesia-Estado en los Estados Unidos, la tragedia iraní de dictaduras religiosas y terrorismo, las confrontaciones hindú-islámicas en India, los escalofriantes sucesos de horror en la ex Yugoslavia, en fin todos estos hechos ejemplifican la interrelación de la religión y la vida política y económica de las sociedades modernas o en vías de modernización. Aunque la situación de las religiones y su desarrollo son bastante diferentes en las diversas sociedades y culturas, es necesario mirar más allá de una determinada sociedad para entender el gran impacto de la modernización relacionada con los cambios sociales. Las interdependencias globales de las sociedades altera dramáticamente tanto sus mecanismos internos como las formas en las cuales se relacionan unas con otras. La situación de la interdependencia global resulta de los procesos a través de los cuales todo el mundo ha llegado a ser parte de un sistema económico y científico-tecnológico.
Mientras en un pasado no muy distante la mayor parte de la actividad económica era local o regional, esta situación de interdependencia económica ha venido abarcando a todas las sociedades, continentes y últimamente al mundo entero.
Esta visión de una situación económica global es difícil de imaginar.
Esto significa que decisiones tomadas en lugares distantes por gente poderosa desconocida afecta en muchos aspectos la situación económica cotidiana de uno. En las sociedades tradicionales la mayoría de las relaciones económicas se dan en la comunidad y las transacciones son cara a cara: producción, compra y venta de todo lo que uno necesita se establecen en la comunidad inmediata.
Las personas de los países en desarrollo del Tercer Mundo tienen una experiencia muy específica en esta interdependencia económica global. Sus economías se desarrollaron inicialmente como colonias de las naciones del Primer Mundo y el legado colonial, frecuentemente, hace muy difícil la independencia económica, social y política. Más aún, los países en desarrollo son, casi siempre, totalmente dependientes de los poderes económicos internacionales para sus mercados, préstamos para su desarrollo y tecnología importada. Normalmente estos países tienen pocos productos de exportación (normalmente recursos naturales, como minerales o unos pocos productos agrícolas cosechados a gran escala), no pudiendo (ellos) ponerles sus propios precios para su venta en la economía internacional.
«Desarrollo» en estos contextos frecuentemente significa sólo que los países del Tercer Mundo permitan que las corporaciones multinacionales construyan fábricas, extraigan recursos naturales y paguen impuestos reducidos a cambio de dar empleo a un cierto número de trabajadores no capacitados o semi-capacitados. La fragilidad y la unilateralidad de este tipo de «desarrollo» está ligada a una total dependencia sobre una vasta economía mundial en la cual los países en desarrollo casi no tienen o no tienen apuntalamiento económico.
No sólo son consideraciones económicas las que inciden en esta visión global, sino también los aspectos políticos influyen en las estrategias mundiales. Los políticos (y consecuentemente decisiones militares) de un país están conectados muy estrechamente con su posición en la economía mundial y sus relaciones económicas con otros países en esa economía. Esta conexión no es algo simple, pues las corporaciones multinacionales normalmente abarcan varias agencias gubernamentales y no necesariamente tienen que ser leales a alguna de ellas.
Bueno, pero ¿dónde están las tradiciones religiosas y culturales en esta semblanza?
En general, la historia reciente sugiere que las sociedades nacionales llegan a ser más fuertes por sus culturas religiosas y tradiciones que por su estructura económica y de poder cuando devienen en interdependientes a un nivel global. Cuando esto sucede, el miedo de perder su identidad y la continuidad de sus tradiciones históricas y socioculturales aparece en diferentes grupos de esas sociedades. El proceso de modernización desafía los modos tradicionales de hacer las cosas. Por un lado, la religión es parte del contenido de sus tradiciones culturales, por otro lado y simultáneamente, es una actividad continua, una productora de símbolos y estructuras que le dan significado y dirección a la vida de las personas y representa cierta seguridad y estabilidad confiable ante las confusiones de un cambio. La modernización es para la religión no sólo un desafío sino también una amenaza. El papel de la religión en los países en desarrollo es ciertamente complejo. Muchos países del Tercer Mundo desean un desarrollo económico pero temen ser culturalmente (así como política y económicamente) rebasados en el proceso de modernización. Para reafirmar sus distinciones religiosas, esos países en desarrollo tratan de mantener su identidad cultural. De acuerdo a la investigación sociológica existen cuatro tipos de respuestas religiosas ante la modernización:
1. tradicionalismo, el cual trata de mantener el mito de un ideal pasado y enfatiza la autoridad de patrones tradicionales; 2. revitalización, el cual trata de regenerar la tradición introduciendo nuevas aproximaciones a viejos conceptos; 3. sincretismo, el cual combina nociones tradicionales con nuevos conceptos (frecuentemente de otras tradiciones culturales); 4. milenarismo, el cual crea el mito de un ideal futuro, algunas veces combinado con acciones concretas que desembocan en ese nuevo mundo.
En África, por ejemplo, ha habido un incremento dramático en el número de nuevas religiones, caracterizadas por protestas simbólicas y la reafirmación de continuidad con sus tradiciones culturales. Igualmente, muchos grupos islámicos están experimentando con varias versiones del Islam que podrían ayudarlos a ser parte del mundo moderno sin abandonar su herencia cultural.
Para transformar las sociedades constructivamente -y no menos para transformar las sociedades tradicionales- es necesario tener un profundo entendimiento de la religión en su sentido sociológico y cultural. Las religiones han existido en todo tiempo y en todas las culturas y la ilustradora creencia de que cuando el conocimiento científico crezca más entonces las creencias religiosas desaparecerán como una ilusión revelada o una superstición, se ha probado que no es tan simple como eso.
A continuación señalaré algunas funciones generales sociales y culturales de las religiones:
1.Paradigmáticamente el cambio social de las religiones tiende a apoyar al status quo; no obstante, eso también puede activar y movilizar a la gente como un facilitador de cambios revolucionarios, aunque normalmente se da para restablecer algún tipo de orden previo.
Existe inherentemente a la religión un aspecto conservador. La religión puede evocar un sentido de lo sagrado precisamente por el respeto de las tradiciones de los creyentes y su continuidad. Los símbolos religiosos enganchan a los creyentes a través de experiencias propias con un significado derivado de la tradición del grupo, y las creencias religiosas tomadas como verdades absolutas construyen una fuerza vigorosa en contra de nuevos modos de pensar. Las prácticas implantadas por medio de la tradición como caminos aprobados por dios son altamente resistentes al cambio. Cuando las fuerzas para el cambio llegan a ser muy fuertes y se ven como una amenaza, las tendencias absolutistas y fundamentalistas en las religiones tienden a ser activadas.
2. La religión ha sido, históricamente, una fuente esencial para legitimar el liderazgo político, esto debido, en mucho, a las afirmaciones religiosas que conforman una gran base de autoridad. El prototipo es el profeta o el líder carismático inspirado por dios. La religión puede ser un instrumento poderoso para reglamentar élites para crear obediencia y subordinar a la gente, legitimar su posición privilegiada y justificar diferentes tipos de explotación. La razón esencial para la efectividad de la religión en estas materias es que las afirmaciones religiosas de autoridad, insights especiales o conocimiento no están considerados controlables por la razón crítica y empírica pues (la religión) está construida en la revelación y otras fuentes irracionales para sus afirmaciones de conocimiento y de autoridad.
3. A través de su historia la religión no ha sido una institución separada o un sector de actividad dentro de la sociedad sino más bien es un rasgo global, permea e invade todas las actividades y todas las esferas de la vida. El aspecto religioso está mezclado con todo.
En los procesos de modernización y del desarrollo racional de las sociedades el cambio más importante es la organización de la vida social en diferentes sectores, la diferenciación de las sociedades en campos distintos de actividad gobernadas por reglas efectivas y valores; por ejemplo, la creación de un sistema de mercado efectivo, el buen funcionamiento de un sistema legal justo, y demás. Esto, en ciencias sociales, es llamado diferenciación institucional de la sociedad y se refiere generalmente a los procesos a través de los cuales las esferas institucionales en la sociedad llegan a estar separadas unas de otras, cada una con una ejecución institucional de funciones especializadas. Por ejemplo, las funciones religiosas son establecidas en instituciones especiales «religiosas», separadas de otras instituciones como las educativas, las políticas y las económicas. La imagen contrastante detrás del concepto de diferenciación es que en sociedades más simples, las creencias, valores y prácticas de religión influyen directamente en el comportamiento de todas las esferas de existencia y la religión es difundida en todos los aspectos de la sociedad. En sociedades diferenciadas las cortes y los sistemas legales, el control social y el control de todas las desviaciones del comportamiento son independientes de la religión, también el sistema médico, la definición de enfermedad y la terapia. La religión llega a ser relegada más y más a la esfera privada. El deseo de significado y pertenencia del individuo deben ser dados en la esfera privada.
4.Además de la diferenciación institucional las sociedades modernas se desarrollan en las llamadas sociedades plurales y multiculturales en relación a una situación social en la cual no hay una sola visión del mundo o estilo de vida cultural que sea un monopolio. El pluralismo afecta enormemente la situación de la religión en la sociedad. Donde diferentes visiones de la realidad coexisten y compiten como alternativas posibles, la credibilidad de todo es indeterminada. La situación plural relativiza las diferentes visiones de la realidad en competencia y les quita su situación de ser algo que debe darse por descontado. El impacto de la situación plural es tal que las diferentes visiones de la realidad en la sociedad compiten por su legitimidad. Ni una sola visión tiene una legitimidad no disputada como para que una persona expresándola autoritariamente pueda ser tomada seriamente. En una situación plural, las visiones de la realidad y las afirmaciones autoritarias compiten; el resultado es la difusión de fuentes de legitimidad entre muchos agentes sociales. Las afirmaciones competidoras pueden recurrir a fuentes sagradas o casi sagradas de autoridad. Las dificultades para alcanzar un consenso de valores a nivel social en una sociedad plural podrían ser severas. Pero por otro lado, esto allana el camino para un modo de pensamiento más racionalista y científico que demanda criterios claros y evidencias empíricas para las afirmaciones de la verdad y argumentación racional para afirmaciones de autoridad.
5. Modernización implica racionalización. El concepto de racional no es nada simple, podría haber diferentes tipos de racionalidad, y podríamos caer en la trampa de definir la racionalidad con una mentalidad demasiado estrecha y sobre-simplificar y monopolizar el concepto.
Racionalización en el sentido sociológico -y en este contexto- es el proceso por el cual ciertas áreas de la vida social son organizadas de acuerdo al criterio de los medios para lograr fines (o funcional) de la racionalidad. La mentalidad racional involucra apertura hacia nuevas formas de hacer las cosas (en contraste con lo tradicional).
6. Dentro de la investigación sociológica sobre modernización, la racionalización y la secularización a veces son señaladas por muchas personas como un proceso que involucra lo que se le ha denominado con una famosa frase: la desilusión por este mundo.
Este es un rasgo de la racionalización que socava el sentido personal de los individuos de significancia y pertenencia: La desilusión por la vida se refiere al proceso por el cual las cosas tomadas con admiración y reverencia son despojadas de sus cualidades especiales y se convierten en «ordinarias». La ciencia racional propicia la desilusión al explicar un fenómeno natural sin referencia a una idea o categoría no natural. Un fenómeno previamente atribuido a un milagro es reinterpretado por la ciencia racional como algo natural. El rasgo esencial del proceso de racionalización no es ni con mucho las explicaciones particulares del fenómeno sino la creencia de que todos los fenómenos pueden ser explicados racionalmente. De esta manera la ciencia racional socava otros modos de conocer.
El proceso de racionalización ocasiona una dicotomía entre interpretaciones «serias» y «no serias» (las explicaciones racionales son serias y otras formas de explicación no lo son). El estilo cognitivo adecuado a las estructuras burocráticas modernas en la esfera pública y utilizadas en ciencia, medicina, leyes y demás no es compatible con el estilo cognitivo de la religión -la cual por contraste, permite referencias a un reino trascendente, empíricamente no verificable y acepta «experiencias» no diferenciadas como un camino válido de conocimiento. El proceso de racionalización significa que el modo racional de cognición se aplique a todas esas esferas institucionales que «realmente importan» (por ejemplo, aquéllas que son serias); otros modos de cognición (por ejemplo fantasía, juego, religión) son vistos como adornos de la vida privada (por ejemplo, como no serios).
7. Como he sugerido varias veces, el proceso de modernización implica y tiene como consecuencia necesaria la llamada secularización, la cual puede ser de-finida simplemente y en este contexto, como la liberación del individuo, la cultura y la sociedad de la autoridad religiosa y de las normas dogmáticas religiosas. Y esto sucede generalmente en todo el mundo en el devenir de la modernización. La contraparte del proceso de secularización es el frecuentemente súbito y dramático surgimiento del fundamentalismo como una reacción a la modernización. El florecimiento de los movimientos fundamentalistas pude normalmente ser considerado como un síntoma de crisis profundas, y que los tiempos de cambios son tan rápidos que creen caos, confusión y estrés entre la gente.
La secularización -como un proceso de racionalización y adaptación de la sociedad al desarrollo científico y tecnológico- se da también al interior de las propias religiones como una forma de liberación de dogmas inmutables y postulados absolutistas; como un movimiento desde las interpretaciones literales de los textos sagrados y las tradiciones hacia lo simbólico, lo metafórico y lo alegórico, así como la elaboración de métodos histórico-críticos dentro de las teologías. Cuando uno interpreta los textos sagrados y las tradiciones simbólicamente, uno al mismo tiempo admite que hay varios modos de describir lo sagrado y lo espiritual -lo cual por principio es considerado como indescriptible- y uno admite que otras religiones tienen sus formas -diferentes formas- de representar la trascendentalización de lo sagrado. Esto abre la posibilidad para un tipo de tolerancia ecuménica transrreligiosa. Este movimiento en las propias religiones reformula, reinterpreta y racionaliza a las religiones desde adentro -lo que también podríamos decir que humaniza-, sucediendo entonces en contra del trasfondo de muchas experiencias que las religiones a pesar de todas sus irracionalidades y otros defectos tienen valores fundamentales y funciones culturales, sociales y psicológicas positivas. En las religiones las personas son capaces de expresar cosas no expresadas en la racionalidad de la cotidianeidad o en un discurso científico. La religión es considerada como un tipo de lenguaje expresivo. Los conceptos de religión y de religioso son complejos y no hay un consenso unánime entre los especialistas sobre una definición mínima que comprenda la gran variedad de elementos que son tomados como religión y religioso. Tres dimensiones básicas parecen ser generales: a) Referencia a una dimensión espiritual, muchas veces definida como sobrenatural, superhumana, supersensual, de otro mundo, que trasciende a la realidad empírica. En esta dimensión normalmente existe algún patrón más o menos personalizado de dioses y espíritus o algún tipo de fuerzas o energías de tipo espiritual. b) Sistema de dogmas, tradiciones y símbolos a los que se tiene fe. c) Concentración de tipos especiales de sentimientos, experiencias místicas, piedad relacionada a un concepto de santo, de sagrado.
En el campo de lo religioso estas dimensiones podrían ser interpretadas de diferentes maneras, por razonamientos filosóficos y teológicos y también por proyecciones psicológicas y pensamientos míticos expresando dimensiones arquetípicas del subconsciente humano. Cuando uno observa con más detalle estas materias uno muchas veces encuentra que la línea divisoria entre las visiones del mundo secular y del mundo religioso no es tan drástica como algunos, por razones conceptuales y de organización quisieran que fuera. La realidad está llena de sombras flotantes y cambios graduales, la recortamos y tratamos de ponerla en compartimientos nítidamente diferenciados.
Antes de terminar esta exposición haré un pequeño comentario sobre el fenómeno del fundamentalismo:
El fundamentalismo moderno surge como una tendencia global, desde mediados de los setentas, tanto en sociedades tradicionales como desarrolladas con diferentes religiones y sistemas de creencias, incluso el hinduismo -lo que sorprendió a algunos expertos porque al hinduismo no se le considera que tenga una teología y dogmas elaborados. La tendencia y mentalidad del fundamentalismo también prevalece en las ideologías no religiosas y en movimientos tales como: el ortodoxo marxismo-leninismo y en algunas partes del movimiento ecologista. Al fundamentalismo se le puede ver como una reacción de anti-modernismo, anti-ilustrismo, anti-humanismo. Es un rechazo y un abandono del diálogo respetuoso y razonable. La esencia del fundamentalismo no es el contenido de los pensamientos sino cierta actitud hacia como esos pensamientos son absolutamente ciertos y no es permitido su escrutinio crítico y discusión, son sostenidos por ser cierto tipo de revelación e introspección de élites religiosas o ideológicas, más allá de la duda. Dudar es ser un traidor. Es una cierta actitud hacia cómo las verdades son dadas y quién tiene el poder y el derecho de establecerlas.
Cuando en todo el mundo surge el fundamentalismo, los setentas, es un tiempo de crisis y de criticismo radical del establishment y preocupa la dirección de la tecno-industrialización y el desarrollo económico. La crisis ecológica deviene, obviamente. La televisión propicia que la información de todo el mundo esté disponible para todo el mundo. Una crisis cultural de los modelos de modernidad, la duda del progreso a través de la ciencia y la tecnología llega a ser cada vez mayor. El fundamentalismo es una cierta combinación de sistemas de creencias dogmáticos y activismo político.
En todas las culturas, religiones, visiones de la realidad, ideologías, hay variantes abiertas y liberales y actitudes dogmáticas cerradas con variantes intelectuales imperialistas, monopólicas. Variedades laxas y variedades estrictas. Un sistema ideológico es transformado en una variedad fundamentalista cuando trata de separarse e inmunizarse a sí mismo de los procesos de diálogo crítico con otras ideologías y monopoliza la verdad combinada con una fuerte dominación con todos aquéllos que se resisten.
Fundamentalismo es exactamente lo opuesto al humanismo, como lo son el totalitarismo y el autoritarismo. Modernización es vivir con muchas incertidumbres, que es también el espíritu de la ciencia, donde la probabilidad y la corroboración empírica es la evidencia para las afirmaciones de la verdad. Modernidad es libertad de escoger entre alternativas y responsabilidad por la elección y es también no seguir dogmáticamente tradiciones y prescripciones autoritarias. La libertad de escoger podría provocar una ansiedad agobiante en la vida de muchos en circunstancias inciertas. Nosotros tenemos la frase: El vuelo de la libertad, el escape de la libertad.
El fenómeno del fundamentalismo puede ser interpretado y explicado en diferentes niveles: psicológico, sociológico, político y cultural. El fundamentalismo es visto como la fe en una certeza absoluta, mientras, en el cambiante mundo moderno lo principal es la incertidumbre, por lo que podríamos describir las condiciones y los motivos para que se dé el fundamentalismo en esos aspectos de la siguiente manera: 1. Psicológico: la inhabilidad de intolerancia abierta a muchas situaciones estimadas y a las condiciones cambiantes para su propia identidad. 2. Sociológico: La inhabilidad de crear una identidad en una sociedad plural y cambiante. 3. Político: La inhabilidad de enfrentar el relativismo político de la democracia y la validez universal de los derechos humanos. 4. Cultural: El vacío de la mentalidad moderna ante la confusión del pluralismo y el relativismo.
Ahora bien, regresando al papel de los movimientos humanistas y racionalistas en esta transformación mundial de las sociedades por la modernidad, diré algo acerca del humanismo en Noruega para compararlo tentativamente con mi percepción de la situación en países como India.
La Asociación Ética Humanista de Noruega -en relación con el tamaño de su población- es la mayor y la más exitosa organización de estilo de vida secular en el mundo. Existen varias razones para eso, y señalaré algunas de ellas. Permítaseme señalar algunos datos y un breve desarrollo histórico.
Este año la Asociación Ética Humanista de Noruega celebra su 40o. aniversario. Fue fundada en 1956, cuatro años después del establecimiento de la Unión Internacional Ética Humanista. Empezamos con 256 miembros y se desarrolló lentamente durante los siguientes veinte años, llegando a 1700 miembros en 1976. Desde mediados de los setentas, durante los ochentas y la primera mitad de los noventas, hemos tenido un crecimiento casi exponencial para contar actualmente con 55 000 miembros. Esto es casi el 2% de la población noruega de adultos -la población total es de cuatro millones y medio de habitantes. Hay muchas razones sociológicas y culturales para este excepcional crecimiento como una organización con una filosofía o una actitud ante la vida y también como una organización de cabildeo político luchando para hacer que el estado secular le otorgue igualdad, dentro de un marco democrático, a las distintas culturas, estilos de vida e ideologías.
No voy a entrar en detalles aquí, pero quiero señalar tres factores determinantes para este crecimiento, los cuales tienen una importancia y validez transcultural: primero, nuestra identidad explícitamente no religiosa o secular; segundo, nuestro compromiso ético social por encima del nivel de partido político; tercero, nuestra alternativas seculares a las ceremonias religiosas en relación con acontecimientos que marcan etapas en la vida tales como nacimientos, celebraciones para ponerles nombre a las personas, festejos de entrada a la edad adulta, ceremonias de matrimonio y funerales. Todo esto significa que tenemos identidad explícita como organización preocupada por las mismas necesidades de ceremonias de vida como por las cuestiones generales existenciales y éticas que atienden las religiones. Tenemos la función de dar una identidad social organizada a mucha gente en la sociedad moderna plural y multicultural, donde entre otras cosas, las religiones son autores dominantes.
Hay y han habido diferentes términos para nuestros movimientos en diferentes países: humanistas, librepensadores, librerreligiosos, librespirituales, racionalistas, secularistas, escépticos, ateos y otros.
Para mi conocimiento, aquí en India tienen por lo menos seis organizaciones bien establecidas: 1. La Asociación Racionalista India, 2. la Unión Humanista India, 3. la Asociación Humanista Radical India, 4. la Sociedad Secular India, 5. el Movimiento de Autorrespeto de Periyar y 6. la Institución Centro Ateísta Gora. A través de nuestra membrecía en la Unión Internacional Ética Humanista compartimos una plataforma e ideología comunes y con algunas diferencias.
Y ¿qué hay respecto a las tareas de los movimientos humanistas y racionalistas en el Tercer Mundo similares o no a sus organizaciones en los así llamados países en desarrollo? En la invitación a esta Conferencia Racionalista Internacional me llamaron la atención las siguientes líneas:
«La gran mayoría de la población india está inmersa en la superstición y la ignorancia y afianzada a ellas por las tradiciones. Para romper estas cadenas y crear una base para el progreso social y el desarrollo nosotros tenemos una amplia variedad de actividades tales como luchar contra la superstición, el sistema de castas y otros males sociales, la promoción del temperamento científico y el secularismo; ayudar a la gente a liberarse de las religiones organizadas; tratar de construir un sistema despojado de cualquier dogma religioso o suposiciones arbitrarias de autoridad; luchar en contra del fundamentalismo religioso por todos los caminos legales; promover matrimonios interreligiosos, etc. son algunas de ellas.»
Bueno, en Occidente no tenemos el mismo tipo de problemas de luchar contra lo mágico, brujas, malos espíritus y demás, pero esta lista de desafíos es también relevante en diferentes grados en los países en desarrollo. Pero permítanme decir esto: La mejor manera de abolir la superstición es mejorar el bienestar material y las condiciones de vida de la gente. La religión muchas veces tiene funciones importantes para las personas que están en malas condiciones. La mejor arma en contra del sistema de castas ha probado ser la industrialización, no los argumentos morales e intelectuales. Cuando las personas viven en malas condiciones, necesitan consuelo que la ciencia no puede dar en el mismo grado que la religión: el significado de las enfermedades, el sufrimiento, el dolor, la desesperación, infelicidad, pérdida, muerte. Me enfoco a esto porque todas las investigaciones sociológicas muestran que los factores básico determinantes para cambiar la religión o la ideología es el desarrollo económico y tecnológico de las sociedades y sus niveles de bienestar. Poniendo esto en términos más simples: Si las condiciones prácticas de las personas son satisfactorias y racionales entonces su modo de pensar deviene en satisfactorio y racional. Por supuesto esto también opera en sentido contrario.
Como miembros organizados de la Unión Internacional Ética Humanista estamos comprometidos con el humanismo como una actitud básica, y un credo ético del humanismo es respetar la calidad de único y la dignidad del individuo; ésta es la apreciación del valor infinito de la diversidad de la vida, de individuos y de culturas y esto combinado también con el entendimiento de que existe una profunda unidad en la diversidad, una unidad racional. La pluralidad, la variedad y la diversidad tienen un valor creativo intrínseco. El principal peligro para la variación cultural en el mundo es la estandarización uniforme de la cultura de masas comercializada, los mercados para el consumo de las masas y la especulación de los medios masivos.
Uno de los aspectos esenciales del humanismo es definido como lo contrario al totalitarismo, autoritarismo, particularismo, fundamentalismo, etnicismo, racismo y similares. Y positivamente humanista es la autodeterminación y la autorrealización de la variedad creativa de vida.
Luchar por esos valores parece ser un desafío de trabajo práctico inmenso para nuestras organizaciones en la situación global presente, debemos colaborar todos, intercambiar experiencias y tomar una responsabilidad global. Gracias por su paciente atención.

(Ponencia de la Conferencia Internacional Racionalista, Nueva Delhi, India, del 27 al 30 de diciembre de 1995. Publicada originalmente en la Revista Razonamientos de México).


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