Frederick Edwords, Ex Director Ejecutivo, Asociación Humanista Estadounidense
Nunca antes el interés en hablar sobre el humanismo ha sido
tan amplio -y raramente la filosofía humanista ha sido tan pobremente entendida
tanto por defensores como opositores.
¿Qué clase de filosofía es el humanismo? Al escuchar a sus
muchos de sus detractores uno se imaginaría que es una colección doctrinaria de
metas sociales justificadas por una visión del mundo arbitraria, materialista y
atea. A menudo escuchamos a los líderes de la nueva derecha estadounidense
decir que “El humanismo parte de la creencia que no hay dios”, que “la
evolución es la piedra angular de la filosofía humanista”, que “todos los
humanistas creen en la ética situacional, la eutanasia y el derecho al
suicidio”, y que “el fin primordial del humanismo es el establecimiento de un
único gobierno mundial”.
¿De dónde obtuvieron tantas nociones? La fuente que citan
más frecuentemente es el Segundo Manifiesto humanista, y ciertamente todos los
elementos anteriores pueden encontrarse ahí. El primer artículo de ese
manifiesto declara: “como no teistas, empezamos con los seres humanos, no con
Dios, con la naturaleza, no con la deidad”.
El segundo artículo dice que “la ciencia afirma que la
especie humana es surgimiento de la fuerzas evolutivas naturales”. El tercer
artículo establece: “la ética es autónoma y situacional, no necesita sanción
teológica o ideológica”. El artículo séptimo habla “[d]el derecho individual a
morir con dignidad, la eutanasia y el derecho al suicidio”. Y la sección final,
que consiste de los artículos décimo segundo al décimo séptimo, enfatiza “la
comunidad mundial”, especialmente “un sistema de ley mundial y un orden mundial
basados en un gobierno federal transnacional”.
A luz de estos me parece que debemos tener mucho de la culpa
de por qué nuestra filosofía es incomprendida. Todos hemos sostenido muy
frecuentemente nuestras ideas como una lista de mercados de conclusiones, cada
conclusión supuestamente tan básica como todo el resto y de igual aceptación
entre los humanistas. Esto otorga a estas conclusiones la forma de
“mandamientos”. Usualmente no hemos dividido nuestras filosofías y derivado una
parte de otras. De hecho, muy a menudo hemos entrelazado nuestra epistemología
con nuestra cosmología, la ética y los remedios sociales aunque todos ellos
tuvieron que ser tratados igual.
Lo que necesitamos hacer es explicar nuestra filosofía en
una manera mas jerárquica colocando adelante primero nuestro principios
básicos: aquellas ideas que unen a todos los humanistas que forman los
fundamentos de la filosofía. Una vez que se haga esto, podemos seguir con
nuestras creencias cerca del mundo: creencias que, por la naturaleza de la
investigación científica, deben ser tentativas. Entonces, una vez que el
fundamento es establecido, podemos recomendar políticas sociales apropiadas,
reconociendo la diferencias de opinión dentro de nuestros campos. Con este
enfoque, la gente verá al humanismo de una forma que encuentro que es la más
aguda: y en una forma que revela la naturaleza no dogmática y autocorrectiva
del humanismo.
Principios básicos
1. Los humanistas nos concebimos como individuos. No hay
área de pensamiento que no querramos explorar, desafiar, cuestionar o dudar.
Nos sentimos libres de investigar y entonces aceptar o rechazar cualquier
afirmación propuesta. No deseamos seguir una doctrina o adoptar una de
creencias o valores que nos convencen personalmente. Buscamos tener
responsabilidad por nuestras decisiones y creencias, y ésta necesita tener
control sobre ellos. A través de este espíritu desencadenado de libre búsqueda,
pueden lograrse nuevo conocimiento y nuevas formas de vernos a nosotros mismos
y al mundo. Sin él, estamos abandonados en la ignorancia y, subsecuentemente,
somos incapaces de mejorar nuestra condición.
2. Hacemos decisiones razonadas porque nuestra experiencia
con enfoques que abandonan la razón nos convencen que los tales son inadecuados
y a menudo contra productivos para la realización de los fines humanos.
Encontramos que, cuando la razón es dejada no hay “corte de apelación” donde se
puedan establecer diferencias de opinión. Descubrimos, en cambio, que cualquier
creencia es posible si uno permite ser guiado por la fe arbitraria, la
autoridad, la revelación, la experiencia religiosa, los estados alternos de
conciencia, u otros sustitutos de la razón y la evidencia. Por lo tanto, en
asuntos de fe descubrimos que la razón, cuando es aplicada a la evidencia de
nuestros sentidos y a nuestro conocimiento acumulado, nuestra guía más
confiable para entender el mundo y hacer nuestras decisiones.
3. Basamos nuestra comprensión del mundo en lo que podemos
percibir con nuestros sentidos y que podemos comprender con nuestras mentes.
Cualquier cosa que se diga que tiene sentido debe tener sentido para nosotros
como humanos, además no hay razón para que sea el fundamento de nuestras decisiones
y acciones. El conocimiento o las intuiciones supuestamente transcendentes de
las que se dice que van más allá de la comprensión humana no pueden instruirnos
porque no podemos relacionarnos concretamente con ellos. La forma en que los
humanos aceptan un supuesto “conocimiento” transcendente o religioso por medio
de dar arbitrariamente “un salto de fe” y por abandonar la razón. Encontramos
este rumbo inaceptable, ya que todas las reglas morales supuestamente
“absolutas” que se aceptan como resultado de este salto arbitrario son ellas
mismas consideradas arbitrarias por la carencia del fundamento del salto mismo.
Además, no hay forma racional de probar la validez o verdad del “conocimiento”
transcendente o religioso o para comprender lo incomprensible. Como resultado,
nos comprometemos a la posición que la única cosa que puede ser llamado
conocimiento es que está firmemente fundamentado en el reino de la comprensión
y verificación humana.
4. Aunque tomamos una posición estricta en lo que constituye
el conocimiento, no somos críticos de las fuentes de las ideas. A menudo los
sentimientos intuitivos, corazonadas, especulación y destello de inspiración
puedan ser excelentes fuentes de enfoques novedosos, nuevas formas de ver las
cosas, nuevos descubrimientos y nueva información. No nos desespera aquellas
ideas derivadas de la experiencia religiosa, los estados alterados de la
conciencia o las emociones; declaramos solamente que probar estas ideas contra
la realidad es el único camino para determinar su validez como conocimiento.
5. El conocimiento humano no es perfecto. Reconocemos que
las herramientas para probar el conocimiento, los sentidos humanos y la razón
humana, son falibles así que interpretan tentativos todo nuestro conocimiento y
las conclusiones científicas acerca de la naturaleza del mundo. Lo que es
verdadero para nuestras conclusiones científicas es aún más verdadero para
nuestras elecciones morales y políticas sociales. Estos últimos están sujetos a
revisión continua a la luz tanto de la naturaleza falible y tentativa de
nuestro conocimiento como de los cambios constantes en las condiciones
sociales.
Para muchos, esto parecerá un fundamento inseguro sobre el
cual establecer una filosofía. Pero, porque trata honestamente con el mundo, lo
creemos como el más posible fundamento seguro. Los esfuerzos en basar las
filosofías sobre fuentes sobrehumanas y “realidades” transcendentes para poder
proveer un sentimiento superior de seguridad sólo terminan creando ilusiones
acerca del mundo y luego resultan en errores cuando estas ilusiones lleguen a
ser la base para decisiones y políticas sociales. Nosotros los humanistas
deseamos evitar estos costosos errores, y así, estamos comprometidos a encarar
la vida como lo que es y la ardua tarea que tal enfoque honesto acarrea. Hemos
sacrificado voluntariamente la tentación de una seguridad fácil ofrecida por
sistemas simplistas para tomar parte activa en el esfuerzo concienzudo de
construir nuestra comprensión del mundo y por ello contribuir a la solución de
los problemas que han plagado a la humanidad a través de los tiempos.
6. Sostenemos que los valores humanos sólo tienen sentido en
el contexto de la vida humana. Una existencia supuestamente diferente a la
humana después de la muerte no puede, entonces ser incluida como parte del
medio ambiente en que nuestros valores deben operar. El mundo físico del aquí
ahora de nuestros sentidos es el mundo que es relevante para nuestros intereses
éticos, nuestras metas y nuestras aspiraciones. Por lo tanto, colocamos nuestros
valores completamente dentro de este contexto. Si lo hacemos de otra manera
(colocar nuestros valores en el contexto más amplio y una simple extensión
esperada de la realidad que conocemos) podríamos encontrarnos tanto relegando
nuestros intereses reales en la búsqueda de intereses imaginarios como tratando
de relacionar las necesidades humanas aquí aun conjunto muy diferente de
necesidades no humanas dondequiera. No sacrificaremos la vida ética buena aquí
a menos que pueda demostrarse que existe “otra vida” en otro lugar que necesita
un llamado de nuestra atención y que esta “otra vida” tiene alguna relación de
realidad con esta vida.
7. Basamos nuestras decisiones e ideales éticos en
necesidades e intereses humanos como opuestos a las necesidades e intereses
alegados de supuestas deidades u otras entidades o poderes transcendentes.
Medimos el valor de una elección determinada por medio de cómo afecta la vida
humana, y en ésta incluimos nuestros egos individuales, nuestras familias,
nuestra sociedad y los pueblos de la tierra. Si se descubre que existen poderes
sobrenaturales, poderes a los que debemos responder aún basaremos nuestra
respuesta en la necesidad y el interés humano en cualquier relación con estos
poderes.
Esto es porque todas las filosofías son creadas por los
humanos y no pueden en el análisis final, evitar el prejuicio edificado a
partir de una perspectiva humana. Esta perspectiva humana nos limita a formas
humanas de comprender el mundo y a los impulsos y aspiraciones humanos como una
fuerza motivadora.
8. Practicamos nuestra ética en un contexto vital más que en
uno ideal. Aunque la ética son ideales, los ideales sólo pueden servir como
lineamientos en las situaciones. Esto es por lo que nos oponemos a sistemas
morales absolutistas que intentan apelar rígidamente a valores morales ideales
como si el mundo mismo fuera ideal.
Reconocemos que los conflictos y los dilemas morales si
ocurren y que las elecciones morales a menudo son difíciles y que no pueden
derivarse de patrones simplistas y reglas y métodos prácticos. Las elecciones
morales a menudo involucran pensamiento arduo, reunión diligente de la
información acerca de la situación a la mano, consideración cuidadosa de las
consecuencias inmediatas y futuras y el sopesamiento de las alternativas. La
vida que se vive de manera que promocione el bien, o incluso que conozca qué elecciones
son buenas, no siempre es fácil. Por lo tanto, cuando declaramos nuestro
compromiso con el enfoque humanista de la ética, estamos expresando nuestros
deseos de realizar el pensamiento y el trabajo arduos que acarrea la vida moral
en un mundo complejo.
Creencias tentativas
acerca del mundo
1. Nuestro planeta gira alrededor de una estrella de tamaño
mediano que está localizada cerca del extremo exterior de una galaxia de tamaño
promedio, que es parte de un grupo de galaxia que consiste de otras diecinueve
galaxias, es parte de un universo en expansión que, mientras que consiste
mayormente de espacio frío y oscuro, también contiene quizás cien mil millones
de galaxias además de la nuestra. Nuestra especie ha existido sólo un breve
tiempo sobre la tierra, y la tierra misma ha existido solamente un breve tiempo
en la historia de nuestra galaxia. Nuestra existencia es así increíblemente una
minúscula y breve parte de un cuadro mucho mayor.
A la luz de esto, encontramos curioso que, en ausencia de
evidencia directa, los pensadores religiosos pueden concluir que el universo o
algún poder creativo más allá del universo está interesado con nuestro
bienestar o futuro. Por toda apariencia parece más lógico concluir que
solamente nosotros estamos interesados por nuestro bienestar y futuro.
2. Los seres humanos no son completamente únicos a partir de
otras formas de vida y no son el producto final del algún esquema planeado de
desarrollo. La evidencia muestra que los humanos están hechos de los mismos
bloques construidos de los cuales están hechos otras formas de vida, están
sujetos a los mismos tipos de presiones naturales.
Todas las formas de vida están construidas a partir de los
mismos elementos básicos, los mismos tipos de átomos como sustancias no vivientes,
y estos átomos están hechos de partículas subatómicas que han sido recicladas a
través de muchos sucesos cósmicos antes de llegar a ser parte de nosotros o
nuestro mundo. Los humanos son el resultado actual de una larga serie de
cambios evolutivos naturales pero no el resultado único o final.
Puede esperarse que el cambio continuo nos afecte, a otras
formas de vida y al cosmos en general. Parece no haber comienzo o fin últimos
para este proceso.
3. No existe evidencia precisa en esta época para justificar
la creencia que la mente humana es distinta y separable del cerebro humano, es
así mismo una parte del cuerpo. Todo lo que conocemos acerca de la personalidad
indica que cada parte de ella está sujeta al cambio causado por la enfermedad y
el daño físicos y la muerte. Así existen fundamentos insuficientes para creer
en un "alma" o alguna forma de vida después de la muerte.
4. Las motivaciones básicas que determinan nuestros valores
están finalmente enraizadas en nuestra biología y experiencias tempranas. Esto
es: porque nuestros valores están basados en nuestras necesidades, intereses y
deseos que ellos mismos, a menudo se relacionan a la supervivencia de nuestra
especie. Como humanos somos capaces de llegar a un acuerdo sobre los valores
básicos porque muy a menudo compartimos las mismas necesidades, intereses y
deseos y porque compartimos el mismo ambiente planetario.
Entonces, teóricamente es posible desarrollar un sistema de
ética basado científicamente una vez que se sepa lo suficiente acerca de las
necesidades, impulsos, motivaciones y características humanas y una vez que la
razón se aplique consistentemente hacia la satisfacción de las necesidades
humanas y el desarrollo de las capacidades humanas.
Mientras tanto, la ética, las leyes, los sistemas sociales y
las religiones humanas retendrán una parte de los esfuerzos continuos de los
humanos de ensayo y error para descubrir mejores formas de vivir.
5. Cuando a la gente se les da bastante libertad para seguir
sus propios intereses y metas, para pensar y hablar por ella misma, para
desarrollar sus talentos, y operar en un contexto social que promueva la
libertad, el número de descubrimientos benéficos se incrementa y la humanidad
avanza hacia la meta de una mayor autocomprensión, mejores leyes, mejores
instituciones y una buena vida.
Posiciones actuales
sobre la política social
1. Como humanistas que estamos comprometidos a la libre
búsqueda y a considerar el valor de sistemas sociales que promuevan la
libertad, alentamos la maximización de la autonomía individual. En este
contexto, apoyamos tales libertades y derechos como la libertad religiosa, la
separación del estado de la iglesia, la libertad de expresión y de prensa, la
libertad de asociación (incluyendo la libertad sexual, el derecho al matrimonio
y el divorcio, y el derecho a estructuras familiares alternativas), el derecho
al control de la natalidad y el aborto, y el derecho a la eutanasia voluntaria.
2. Como humanistas entendemos que los humanos son animales
sociales y necesitan tanto las protecciones y las limitaciones provistas por
una organización social efectiva, apoyamos aquellas leyes que protegen al
inocente, tratan de forma efectiva al culpable, aseguran la supervivencia de
los necesitados. Deseamos un sistema de justicia criminal que sea rápido y
justo, que no ignore al perpetrador del delito ni a la víctima, y que no ignore
el refrenamiento y la rehabilitación en términos de penalización. No obstante,
no todos los delitos y disputas entre la gente debe ser establecido por las
cortes judiciales de ley. Un enfoque alternativo que involucre la mediación de
conflicto en lo que respecta a las partes opositoras para llegar a acuerdos
mutuos, ha mostrado mucha promesa y por lo tanto tiene nuestro apoyo.
3. Como humanistas que ven potencial en la gente de todos
los niveles de sociedad, alentamos una extensión de la democracia participativa
de modo que la toma de decisiones llegue a estar más descentralizada y así
involucre a más gente. Vemos adelante para ensanchar la participación en el
proceso de la toma de decisiones en áreas tales como: la familia, la escuela,
el lugar de trabajo, las instituciones de gobierno. En este contexto, no
tenemos lugar para el perjuicio sobre el fundamento de la raza, la
nacionalidad, el color, el sexo, la orientación sexual, la edad, la tendencia
política, la religión o la filosofía. Consideramos cada fundamento de la
promoción de la igualdad de oportunidades en la economía y en la educación
universal.
4. Como humanistas que se dan cuenta que todos los humanos
comparten necesidades comunes en un medio ambiente planetario común, apoyamos
la tendencia actual hacia una conciencia más global. Reconocemos que los
programas efectivos en la ecología requieren cooperación internacional. Sabemos
que sólo la negociación internacional hacia la reducción de las armas hará al
mundo seguro de la amenaza de la guerra termonuclear o biológica. Consideramos
la necesidad de la educación universal sobre el control poblacional como un
medio de asegurar un lugar cómodo para todos. Y percibimos el valor en la
comunicación internacional y el intercambio de información, sea que la
comunicación y el intercambio involucren ideas políticas, puntos de vistas
ideológicos, ciencia, tecnología, cultura o las artes.
5. Como humanistas que valoran la creatividad humana y que
han visto los beneficios de la ciencia y la tecnología, deseamos decididamente
tomar parte en los nuevos desarrollos científicos y tecnológicos, todos
alrededor nuestro. Nos sentimos alentados más que temerosos acerca de la
biotecnología, la energía alternativa, la tecnología computarizada y la
revolución de la informática, reconocemos que los intentos de rechazar estos
desarrollos o de prevenir su amplia aplicación no las detendrá. Tales esfuerzos
los colocará simplemente en manos de otras personas o naciones para su
explotación. Ejercer nuestra influencia moral sobre las nuevas tecnologías,
hacer que se oiga nuestra voz, debemos tomar parte en las revoluciones cuando
llegue.
6. Como humanistas vemos la vida y la historia humana como
una gran aventura, buscamos nuevos mundos que explorar, nuevos hechos que
descubrir, nuevos rumbos para la expresión artística, nuevas soluciones para
viejos problemas, y nuevos sentimientos que experimentar. A veces nos sentimos
impulsados en nuestra búsqueda, y es la participación en esta búsqueda lo que
da sentido y hace posible los descubrimientos benéficos. Nuestras metas como
especie no tienen límites fijos. Como resultado, nunca nos encontraremos sin un
propósito.
Conclusión
Los humanistas, al enfocar la vida desde una perspectiva
humana, parten de maneras humanas de comprender el mundo y la meta de
satisfacer las necesidades humanas. Esto lleva a conclusiones tentativas acerca
del mundo y las políticas sociales relevantes. Porque el conocimiento humano
debe ser rectificado de vez en cuando y porque las situaciones cambian
constantemente, las elecciones humanas deben cambiar también. Esto provee a las
posiciones actuales de política social la parte más adaptable de la filosofía
humanista. Como resultado, la mayoría de humanistas encuentra más sencillo
estar de acuerdo sobre los principios básicos que sobre las creencias
tentativas acerca del mundo, pero encuentra más fácil estar de acuerdo sobre
tales creencias que en las políticas sociales. Es mi esperanza que la claridad
en este punto borrará muchos malentendidos prevalecientes acerca del humanismo.
(Traducción al castellano de M. A. Paz y Miño)
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