Geofffrey (2024): Las seis vías del ateísmo. Nuevas refutaciones lógicas de la existencia de Dios (Seis argumentos mejorados a favor del ateísmo). Lima: Ediciones de Filosofía Aplicada, 172 págs.
José Luis Herrera Díaz[1]
Introducción
Las seis vías del ateísmo es un libro maravilloso que está destinado a convertirse en un clásico de su tipo y estilo. Parte de una sencilla y profunda idea: recolectar los argumentos a favor del ateísmo que se suelen dar en los debates populares, aquellos que surgen de forma espontánea, pero que no por ello son ligeros o malos, aquellos que da el tendero, el taxista, el abogado y el carnicero hay por ello también en su escrito un sabor a pueblo, un pueblo sí, pero vivo, que reclamaba hace mucho una voz, y Geofffrey Berg se levanta humilde pero firme como esa voz clara y vale la pena escucharlo, aun cuando solo fuera por ello.
Toda verdadera filosofía reconoce en la voz popular el fundamento de su origen, ¿Qué hacía sino Diogenes cuando pregonaba por las calles atenienses ¡busco un hombre!, ¡busco un hombre!, porque la moralidad popular es la base de la ética, del discurso filosófico, crítico y reflexivo sobre el bien y el mal.
De los seis argumentos dos son de porque no deberíamos creer, uno es una refutación estadística y los tres siguientes son refutaciones absolutas, es decir lógicas. Otra característica es que Berg acepta la verdad lógica de la argumentación es un racionalista, por otro lado, sus argumentos se centran en un dios monoteísta y absoluto dejando de lado los semidioses y el politeísmo, es fácil ver en esta selección una preparación para la fuerte argumentación lógica. Por último, pero no menos importante, Berg considera absurda la existencia fuera del espacio-tiempo, por ello sus argumentos presuponen un dios en el universo, el cual a creado.
1. El argumento del conjunto de cualidades
En este argumento Berg evalúa que tan probable es que un ser con las cualidades de dios exista. Su respuesta es que un ser así es muy muy poco probable y que, en términos prácticos, es prácticamente imposible que exista. Es importante observar que no trata de dios directamente, sino del caso de la existencia de dios, lo cual es muy distinto.
Dios tendría que tener 6 cualidades únicas y observa que cada una de estas es por si sola probablemente inexistente en cualquier ser: omnipotencia, omnisciencia, bondad absoluta, ser control consciente, eterno y crear propósito. Tomando estadística sobre la probabilidad de que tal ser exista es fácil deducir que esta tendría que ser 0 ó sumamente cercano a 0.
Cuando tomamos probabilidades examinamos un conjunto de casos posibles (Universo del Discurso). Ese conjunto es el conjunto universal sobre el cual realizamos operaciones. Las operaciones que realizamos son por ejemplo suma de probabilidades, resta de probabilidades etc. Las operaciones no tienen sentido fuera del conjunto universal, por el contrario, se definen en función de dicho conjunto universal. Esto quiere decir que los casos posibles dependen, (para ser considerados casos), del conjunto universal.
Berg se pregunta: Incluso si dios existiera ¿Qué probabilidad existe de que la versión en la que crees sea la correcta? Tomando en cuenta que cada persona tiene una imagen de dios distinta este parece ser un argumento contundente; sin embargo, una imagen de dios es distinto a una versión de dios, las versiones solo las han dado las religiones, nociones e incluso ideas sueltas sobre dios las dan todas las personas. Berg no distingue “versión” de “noción” de dios. Las mismas personas que tienen su noción de dios están, en la práctica, dispuestos a aceptar una versión de dios distinta a su noción, siempre que la distinción no sea muy grande.
Esta pequeña objeción no determina sin embargo que el argumento de Berg se caiga, pues, Berg refuerza su argumento en base a las seis mencionadas cualidades que dios debe tener y allí si su argumento se vuelve muy sólido, estadísticamente hablando.
Cuando Berg hace estadística del caso: “dios existe” lo hace a un elemento del conjunto de todo lo que existe. Entonces tenemos que:
1. Si dios existe entonces existe el universo (pues es el creador del Universo) y por lo tanto existe el universo del discurso.
2. La posibilidad de existencia de dios es un elemento del universo del discurso.
Para que el análisis de Berg sea correcto deberíamos vivir en un universo en el que dios no existe, pero que sin embrago es posible, pues el análisis evalúa sobre un universo del discurso la probabilidad.
Un universo con dichas características implica que en él no es posible, con el conocimiento que tenemos de sus leyes de sus leyes, descartar la hipótesis divina. Después de considerar las investigaciones de Godel, nuestro universo parece ser de ese tipo. Es pues un argumento interesante que da para muchas discusiones.
El argumento de Berg es, en mi opinión, correcto, de existir dios sería un ser increíblemente poco probable, sin embargo ¿algún creyente negaría esto?, pienso que ninguno, dios mismo es un milagro. Un argumento brillante, para una conclusión ingenua.
¿Por qué Berg no advierte que su conclusión es muy ingenua?, si simplemente hubiera dicho a cualquier creyente que su dios es muy improbable cualquier creyente lo hubiera aceptado, pienso que Berg no entiende un aspecto fundamental de dios, dios precisa de fe porque dios es absolutamente extraordinario, si alguien no puede pensarlo así realmente no lo puede pensar, puede si pensar un super ser, como quien piensa un personaje como Supermán o Gokú, pero nadie confunde a Gokú o Supermán con dios, porque tal y como realmente piensa la gente a dios (que es un fenómeno sociológico), dios está mucho más allá del mero poder, dios, aunque no sea el dios cristiano, se le piensa como alguien que merece adoracion.
2. El argumento de la brecha de la comprension del hombre y Dios
En este argumento se prueba que los seres humanos jamás podríamos reconocer a dios, incluso si este se presentase y que por lo tanto e insensato mantener una creencia en un ente que no podemos ni conocer ni reconocer. Este argumento es sobre las limitaciones y la ignorancia humanas. En este argumento se demuestra que el hombre no puede conocer a dios dada la brecha existente entre lo que conocemos y lo que dios sería. En el argumento se señala que la brecha sería tan grande que, en términos prácticos, todo lo que imaginamos de dios es muy probablemente falso, pues no podríamos conocerlo.
El autor no olvida que, en el caso del dios cristiano, dios es el que se revela al hombre, el que se da a conocer, el que se da a entender a la humanidad, solo que todo este esfuerzo por parte de dios no lograría vencer una brecha tan grande entre él y su creación. Aun cuando esta revelación no tiene por qué ser completa (y de hecho no lo es). Dios se muestra en la medida y forma en que puede ser comprendido, por eso se llama mensaje a su revelación, porque busca hacerse entender.
Pienso que Berg tiene razón en que la humanidad en último termino podría estar siendo engañada por un ser o civilización que busca hacerse pasar por dios con quién sabe qué tipo de intenciones. Una persona sensata no debería creer, siendo la brecha entre el hombre y dios tan grande; sin embargo, sospecho que la gente cree en dios no tanto por motivos ontológicos ni pragmáticos.
Dios revela al hombre sus planes, no su naturaleza, que es en lo que se centra el autor, Sus planes, que si son comprensibles para el hombre. En este sentido el discurso cristiano es invulnerable al argumento de Berg.
Esto es algo conocido por todos los creyentes. Al creyente común no se le ocurre saber la naturaleza de dios, tampoco pretende saberla. Le basta saber que dios tiene una actitud benevolente con la humanidad aun cuando incluso sus planes no le son completamente claros.
Dios busca (o buscaría) la felicidad del hombre. Tampoco queda claro en qué consistiría dicha felicidad, a la cual llaman “cielo”, ni lo que pasaría después. Simplemente dios tiene algo bueno para nosotros.
Esto puede parecer algo muy tonto, un tipo nos ofrece la felicidad y nosotros sin conocerlo ni entenderlo simplemente la aceptamos bajo sus términos, como dice Berg, esto es insensato y sin embargo debo escribir que es así como se comporta la mayor parte de la humanidad, ¿podemos concluir entonces que la mayor parte de la humanidad es simplemente insensata?, si el problema de dios fuera un problema de lógica obviamente si, pero va contra toda la evidencia pensar que dios es un problema de lógica, ni los creyentes lo toman así, ni los ateos que observan a los creyentes podrían tomarlo así.
De dios no se espera que sea comprensible, justamente si lo fuera no sería dios y eso es algo que Berg nunca llega a entender. Supongamos, por ejemplo, que alguien presenta un dios que se puede entender ¿la gente lo tomaría como dios? Muy probablemente no, pues poderlo comprender con seguridad implica limitarlo a nuestro mundo valores y experiencias. Para un ser, como el ser humano, que puede imaginar el infinito (no realmente sino idealmente) un dios limitado es un pobre ser, la idea de dios está unida, no guste o no, a la de misterio y quien se niegue a pensar el misterio se niega a entender el fenómeno religioso.
3. El argumento “dios no tiene ningun valor explicativo”
En este argumento Berg evalúa el valor de dios como hipótesis explicativa. La evaluación de dios como una hipótesis nos arroja un valor explicativo nulo, esto es que postular a dios para explicar el universo no explica nada, de hecho, puede complicar las cosas, pues fácil resulta entonces preguntar “si dios creo el universo ¿Quién creo a dios?” si se postula un nuevo creador, esta vez de dios, se puede preguntar por el creador de este y así sucesivamente resultando en una sucesión de creadores y como resultado en un problema mucho más complejo que el inicial.
Paso seguido Berg rebate la objeción más común a este argumento, que como nos explica es un argumento muy antiguo. La objeción más común “dios no necesita creador, pues él es causa incausada”. Para Berg este es un invento sin ningún fundamento imaginado con el único fin de evitar responder a la pregunta por el creador de dios. ¿Por qué habría de existir una causa incausada y que significa eso? nada.
El autor se da tiempo para sostener que la famosa navaja de Occam debería extenderse a las teorías y que por lo tanto si una teoría no explica nada entonces se le debería eliminar por ser un término innecesario. Luego lo mejor es eliminar la hipótesis de dios si nuestra finalidad es explicar el universo.
Una objeción que Berg prevé es la considera que dios es una excepción y que sobre él no gobiernan las leyes de la lógica. Berg simplemente rechaza que semejante ser pueda existir, se trataría solo de una hipótesis irracional para no responder. También se puede postular que dios es metacientifico y que por lo tanto sobre el no cabe aplicar la navaja de Occan. Berg responde que “no hay nada que exista o pueda existir que no deba ser considerado a luz del método científico” (pág. 70), de esta forma Berg cierra cualquier posibilidad a esta objeción.
Berg concluye que aun cuando este argumento no niega la existencia de dios, si al menos sirve para demostrar que cualquier persona racional no debería creer en dios.
Pensamos que el argumento de Berg es errado. En filosofía no se puede simplemente opinar que “tu idea es un mero invento y no lo voy a considerar”, porque eso eliminaría casi toda la filosofía, de hecho, si las cosas fueran tan simples ¿Por qué no negar a dios desde un comienzo?, ¿no sería acaso más fácil?, ¿para qué hacer el camino tan largo, la hipótesis de dios es simplemente menos creíble que la del motor inmóvil entonces por qué no eliminar directamente la hipótesis de dios?
Si Berg piensa, como declara, que nada puede estar fuera del método o racionalidad científica ¿Por qué entonces no deja el problema de dios a la ciencia?, ¿no sería acaso lo más sensato?, o quizás no hemos entendido a Berg y el piense que sus ensayos son científicos… pero si sus ensayos son científicos ¿Por qué parecen a todas luces filosóficos? En fin, este argumento de Berg no nos convence.
4. El argumento “éste no es el mejor mundo posible”
Si dios existe y es bondadoso, ¿por qué existe el mal en el mundo?, esta ingenua pregunta es un argumento fuerte y recurrente en contra de la existencia de dios y no extraña, nos recuerda Berg, que esté presente en Tomas de Aquino y Agustín de Hipona, que son grandes apologista de la iglesia. Y cuidado que no hablamos solo del mal que las personas hacen, sino del mal en general, por ejemplo, el que produce un terremoto etc.
La cuestión es que si dios es todo poderoso y es bondadoso entonces debería eliminar el mal del mundo, pero como es obvio que el mal existe, luego dios o no es todo poderoso o no es completamente bondadoso, pero si no cumple con ser tal entonces dios, al menos como lo hemos postulado, no existe. Berg nos recuerda que los esfuerzos, por eliminar este argumento, han ido encaminados a negar el mal del mundo, nunca a cuestionar la bondad o el poder de dios.
El argumento de Berg puede resumirse en cuatro proposiciones
1. Si dios existe entonces es omnipotente y bueno
2. Por lo tanto dios habría creado el mejor de los mundos posibles.
3. Este no es el mejor de los mundos posibles, lo cual es fácil de demostrar. Si una época es señalada como el mejor mundo, entonces es obvio que existió otra época que no fue tan buena, pero como ambas son creación de dios, tenemos que la segunda siendo creación de dios no es la mejor posible.
4. Luego dios no existe. Pues 3 se contradice con 2.
Algunos teólogos han opinado que dios no tendría por què verse obligado a crear el mejor mundo posible, Berg responde que no ve porque no tendría que ser así, pero esta negaciòn no es un argumento definitivo. Aquí hay una contradicción que parece habérsele escapado a Berg y Leibniz, si bien al mejor le corresponde la dignidad de crear lo mejor y eso le corresponde no es por ello una obligación. En algunos momentos Berg argumenta como si esta fuera una necesidad de dios pero si es dios no tiene necesidades, ni tiene que probar nada a nadie. La frase “le corresponde a su dignidad crear lo mejor posible…” ni siquiera tiene sentido pues dios no necesita ser digno ante nadie, incluso cuando promete no volver a destruir el mundo, la obligación que tiene la tiene para sí mismo, pero eso no es una verdadera obligación, al menos no por necesidad. ¿una obligación moral?, en la religión lo bueno se define a partir de dios, dios es el bueno incluso lo bueno. Hacer una maldad porque dios lo manda es bueno, solo así se entiende la posición de Abrahán ante el sacrificio de Isaac, y solo así dios resulta ser omnipotente realmente, porque puede hacer lo que quiera.
Por otro lado, en este argumento se supone que cuando se dice “mundo” se habla de la tierra, es decir de nuestro mundo; sin embargo, aun cabe la posibilidad de que al decir mundo se refiera al universo. ¿es este el mejor de los mundos posibles? Sobre el universo, Berg no dice nada.
En el mundo humano hay mal y es por ello contradictorio con el concepto de un dios bondadoso; pero nadie diría que el mundo es malo solo porque hay maldad en su casa, puesto que aún puede salir de ella y conocer la exterioridad, la cual podría ser buena. En este sentido podría haber mal en el mundo y el universo aun ser bueno, en su conjunto, de modo que este aspecto no lo considera Berg.
Por las razones anteriores este argumento de Berg nos parece ineficaz. Hay en esta forma que tiene Berg de pensar en dios algo “mecánico” y por ello mismo una incomprensión de la idea de dios. Incluso en el más humilde de los creyentes dios es comprendido como una persona y las personas son todo menos mecánicas.
5. El argumento de la incertidumbre universal
En este capítulo, Berg presenta el argumento más grande y elaborado del libro, ocupa 50 páginas de las 171 que tiene el texto. De acuerdo a él ningún ser podría saber si es dios y dado que dios debe saber que el mismo es dios entonces dios no puede existir. Pero, ¿por qué Berg piensa que un ser no puede saber si es que el mismo es dios? La respuesta es que Berg piensa que jamás podría saber si es omnisciente.
En mi opinión este argumento debería llamarse de la omnisciencia o de la imposibilidad de la omnisciencia. De ser así sería más intuitivo, el lector debe constantemente estar analizando las limitaciones de la omnisciencia, pero debe estar concluyendo la incertidumbre del dios potencial, algo que ni siquiera es necesario, pues basta que dios no sea omnisciente (tenga él incertidumbre o no) para que no sea dios, no importa si él se cree dios, simplemente no lo seria.
Pero, ¿por qué piensa Berg que jamás se podría probar ni la inmortalidad ni la omnisciencia? En opinión de él no se puede probar ninguna de estas porque no se pueden comprobar de forma directa. Él no lo declara directamente, pero como vamos a mostrar es lo que esta supuesto en sus argumentos, que la inmortalidad y la omnisciencia se deben comprobar por evidencia directa.
Nosotros no tenemos forma de comprobar si realmente alguien es inmortal dado que no podemos esperar a que pase una infinidad de tiempo para comprobarlo, similarmente no podemos comprobar si alguien es omnisciente dado que no tenemos un conocimiento infinito para cuestionarlo y así comprobarlo. De modo que, si se presentara dios, diciendo que lo es, no tendríamos modo de comprobar si en realidad lo es. Si el “dios” fuera mucho más poderoso que nosotros y tuviera un comportamiento ético, razona Berg, no hay forma de poder saber si es dios. Desde la perspectiva humana no hay forma de comprobar si es dios.
Otro tanto ocurre desde la perspectiva de un ser que piensa que podría ser dios (dios potencial para Berg). Un candidato a dios tendría que probar que es único, y el mismo tendría que probar si es realmente inmortal, ¿no podría haber algo que lo dañara? Y ¿cómo podría saber si algo en el futuro será capaz de dañarlo?
Por otro lado, ¿cómo podría saber un dios que hay un mundo más allá de él? Aun cuando el comprendiera y tuviera poder sobre todo lo que existe ¿que garantiza que no hay algo más grande que él?, otro dios, ¿cómo podría estar seguro de que no hay regiones desconocidas para él más allá de lo que comprende y que están por descubrirse? Esto, razona Berg, le es desconocido.
Sobre la eternidad, Berg argumenta que el pasado no es garantía para predecir el futuro y que por ello dios no podría saber si es eterno. Recoge el argumento teísta de que dios puede ser un ser fuera del tiempo, pero lo desestima porque, según Berg, nada puede estar fuera del tiempo.
De acuerdo a Berg,
…el método principal por el cual las personas o incluso un dios candidato conocen los límites del universo tiende a ser su incapacidad para ver e incluso concebir más allá de los supuestos límites del universo, lo que equivale a conocimiento por ignorancia… (pág. 117).
Después de que Berg nos instruyera de que dios conoce por ignorancia…se encarga del problema de la posibilidad limitada de inteligencia.
Según Berg
Nadie ni nada puede saber que no está limitado en su intelecto. Después de todo si fuera limitado, parte de su limitación muy probablemente sería no saber que está limitado. Por tanto, aquellos que no pueden “ver” las limitaciones de sí mismos no pueden saber si hay limitaciones (pág. 119).
Conforme a esta característica que Berg nos revela, por ejemplo, nosotros no podríamos conocer de nuestras limitaciones… bueno. Luego él se enfrenta al problema de la naturaleza del conocimiento.
De acuerdo a Berg
El conocimiento presente …de ninguna manera garantiza el patrón futuro del universo. Saber algo… es tener una comprensión presente del patrón y comportamiento actuales de esa cosa. Saber algo es no tener garantía del futuro… de esa cosa (pág. 122).
Después de esa declaración de Berg, bueno, nos enteramos que para él saber es casi cono no saber. Por ejemplo, no podría existir el conocimiento predictivo. Ni el científico. Esto se debería a que no conocemos partes del universo y sus leyes, de modo que si no conocemos todo (realmente) no conocemos nada.
Berg resume todo lo anterior en la pregunta
¿Cómo puede una entidad…saber… que no está limitada en su intelecto… parte de sus limitaciones bien podría ser no poder ver ninguna limitación en su intelecto o alcance? (pág. 124).
Es obvio que algunos intelectos no pueden ver sus propios límites, basta para ello ver el reino animal, pero apenas se alcanza un cierto nivel los seres pueden por lo menos imaginar sus límites, de hecho, solo tendrían que juntar la palabra “limite” con la de “intelecto”, para que por lo menos se pregunten por el mismo. Bueno hasta aquí lo expuesto por Berg.
Lo primero que quiero mencionar es que los argumentos de Berg generalmente están sumamente abigarrados, comienza ellos incluso con cuestiones históricas que son completamente innecesarias y aburridas, lo cual puede hacer que se pierda la concentración en el tema de lo simples que son.
Otro punto que debo mencionar es que en estos argumentos Berg a menudo simplemente niega aquello que le parece inverosímil, como el caso de que exista algo fuera del tiempo, no toma el argumento y lo refuta, sino que simplemente dice “no estoy de acuerdo” y lo desestima a menudo agregando que “es ilógico”, cuando lo verdaderamente ilógico es que trate un argumento filosófico de esa forma. Negar un argumento simplemente porque no lo puede imaginar es sumamente ilógico, la lógica trata de inferencias no de pareceres.
Otro punto que debo advertir es que a menudo Berg no discute el concepto sino la imagen del concepto, su representación. Es necesario señalar esto porque en la mayoría de textos filosóficos pasa exactamente al revés, se hace un análisis conceptual, cualquiera que lea el libro de Berg se encontrara que no es así, a eso se debe que habitualmente da ejemplos muy concretos para una temática tan abstracta reduciendo un tema extraordinariamente abstracto a trivialidades sumamente concretas.
En otras partes Berg es ya directamente ingenuo, como cuando en la página 125 nos advierte que el realmente NO CREE que exista un dios potencial… ¡después de haber leído 124 páginas de refutación de la existencia de dios!
Bien, como se puede comprender por lo expuesto, todos los argumentos de Berg, de este capítulo, son similares, básicamente se resumen en ¿cómo es posible que un ser pueda probar que es ilimitado?, y varía según sea el caso en: su intelecto, si es eterno, en su ámbito o ambiente, en su conocimiento etc. En realidad, esta pregunta es una pregunta clásica y como clásica existe respuesta, se trata del problema del infinito.
¿Cómo se caracteriza el infinito? Después de muchas vueltas en la historia los humanos encontraron la respuesta a través del matemático Cantor.
“Un conjunto es infinito si es equipotente con un subconjunto propio de el mismo”.
De esta forma se puede probar que algo es ilimitado si:
“El conjunto de LÍMITES que supera es equipotente con un subconjunto de sì mismo”.
No es lo mismo tener un conocimiento infinito que un conocimiento ilimitado, pues alguien puede tener un conocimiento infinito sobre un tema (también infinito, como la aritmética) y estar limitado a ese tema. Para ser ilimitado se debe poder romper los limites tantas veces como sea necesario, es decir infinitas veces.
Por ejemplo, en el caso del dios potencial que lo sabe todo de un ámbito 1, podría haber un ámbito 2 que lo supere y luego otro 3 y así indefinidamente, formando la sucesión B:
B= {a1 a2 a3 …}
Donde los ai son los distintos ámbitos, el conjunto de todos los ámbitos sea B (en honor a Berg que me parece es el primero que habla de dichos ámbitos).
Sobre el conjunto B solo puede ser finito o infinito. Si es infinito entonces aquel dios potencial que “se halle en el infinito” será dios, pues ninguno lo superara. Si es finito entonces existirá un máximo ámbito “n”. ¿podrá el potencial dios saber si es dios?
El dios potencial del lugar n podrá saber que es dios siempre que pueda encontrar una razón por la cual es imposible pasar del ámbito an al teórico ámbito an+1. ¿Podrá encontrar la razón?
Por otro lado, cada ámbito es a su vez un conjunto, y siguiendo las reglas de Berg, en ellos se debe cumplir la lógica, esto implica que no debe poder desarrollarse la paradoja de conjuntos, o cumplirá la solución de Russell o cumplirá la solución de Zermelo de la paradoja de conjuntos.
Si cumple la solución de Russell entonces existen infinitos niveles o tipos y por lo tanto no existe un numero n que represente el último, sino que siempre se podrá conjeturar un nivel más.
Si tomamos la solución de Zermelo entonces más allá de los conjuntos existen otros “niveles”, pero ya no de conjuntos, sino de clases.
En ambos casos, sin embargo, no hay ninguna razón para asumir que existe un “n” finito como último número, como último ámbito. Por lo tanto, concluimos que los ámbitos deben ser infinitos.
Como dijimos antes, de ser los ámbitos infinitos un potencial dios sería posible si se ubica en el ámbito infinito (usando los números transfinitos) ese es un caso que Berg no ha analizado, pero que sospechamos todo creyente asumirá, pues generalmente el concepto de dios está asociado al infinito.
De modo que, en nuestra opinión, en este argumento Berg deja a su presa mal herida, pero aun con una pequeña salida. Por supuesto, puede seguir agregando detalles a su argumento.
6. El argumento de que las cualidades definitorias de Dios no pueden existir
En este argumento Berg explora las cualidades definitorias de dios, se concentra principalmente en cuatro que considera más importantes que son: omnipotencia, absoluta bondad, omnisciencia y ser nuestro dador de propósito.
En primer lugar, considera que, dado que es absurdo que exista un dios que pueda hacer todo, hasta círculos cuadrados y absurdos, entonces limita este concepto a máximo poder. Luego pasa a examinar la absoluta bondad llegando a la conclusión de que:
No existe una forma objetiva ni acordada de determinar si la absoluta bondad consiste en una benevolencia suprema o en una equidad suprema (pág. 152).
Luego concluye que al ser términos vagos tales no pueden existir. (Por cierto, antes existía mucha vaguedad sobre que era un átomo, pero de ello nadie concluyo que no existieran)
Luego pasa a examinar la omnisciencia. De acuerdo a Berg él ya la ha probado (en el argumento 5 que esta cualidad es imposible).
Por último, examina el ser dador de nuestro propósito. A Berg le parece que no hay un propósito para la vida dado que este no es evidente (¿?), veamos:
En cualquier caso, ningún propósito de la vida es evidente para nosotros los humanos que estamos viviendo la vida (pág. 158).
La última frase no era necesaria, pero es un ejemplo del estilo de Berg. Finalmente, concluye que no pudiendo ninguna entidad guardar las características señaladas, entonces dios no existe.
Solo quiero señalar que:
1. el que no exista una determinación de un concepto no implica que lo referido no exista. Por ejemplo, podemos discutir sobre que es un ser humano y no estar de acuerdo, pero de ahí no se concluye que no existan seres humanos.
2. el argumento de la omnisciencia, como vimos por el argumento cinco, no es concluyente.
3. el que exista un dios con máximo poder no es incongruente con la teología, como lo dice el mismo Berg, además el que dios pueda hacer cosas absurdas no es del todo imposible si consideramos las lógicas paraconsistentes, dialécticas y otras, que Berg no examina.
4. el que el propósito de la vida no sea evidente no implica que no exista, más aun el que algo no sea evidente no implica que no exista.
Resumiendo, este argumento de Berg nos parece errado.
Aun así, pienso que el libro de Berg es un libro novedoso que puede generar mucho debate y vale la pena leer a todos los interesados en el ateísmo. Por mi parte no quisiera terminar esta reseña sin señalar que odio tener que tratar estos temas tan imprecisos y abstractos, pienso que la filosofía es ya sumamente difícil cuando trata de temas mucho más sencillos y concretos como “certeza”, “amor”, “explotación laboral” etc. Por ello introducirnos en estos temas sea posiblemente una labor imprudente.
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[1] Bachiller en Filosofía por la Universidad Nacional Federico Villarreal y egresado de la Maestría en Filosofía, mención en Epistemología, por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Correo-e: newton1729@hotmail.com.
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