miércoles, 25 de mayo de 2022

¿QUE TAN MORAL ES LA MORAL RELIGIOSA?

La parábola del fariseo y el publicano, por Julius Schnorr von Carolsfeld, 1860


Manuel A. Paz y Miño, Mag. Hum., mención Ética Aplicada, por la Universidad de Linköping, Director de la revista humanista secular Eupraxofía

Religión, magia y política

Desde los albores de la humanidad, las creencias religiosas han justificado el poder y orden terrenales. La creencia de que los dioses controlaban las potencias del mar, la tierra y el cielo, y la de que continúa existiendo, después de la muerte, algún tipo de consciencia humana, produjo el surgimiento de médicos brujos, magos, profetas, sacerdotes, presuntos hijos de las divinidades que decían conocer la voluntad de éstas, poder comunicarse con el más allá, predecir el futuro, oscurecer la luz del sol (cuando había eclipse solar), hacer sangrar a la luna (cuando había un eclipse lunar),  avivar las llamas de fuego o hacer brillar las piedras (conocían propiedades de algunos minerales),  curar males del cuerpo y el alma (con hierbas, rezos y conjuros), etc.

Una manera contundente de control de las masas por parte de sus monarcas, gobernantes o dominadores, supuestamente puestos como tales por la divinidad, era y es precisamente a través de estas creencias religiosas.

No solo los dioses crearon o produjeron este mundo (y el otro) sino que pedían adoración y obediencia absolutas. Es así como, para lograr esto último los gobernantes y sus sacerdotes y/o brujos se aprovechaban de la fe, la ignorancia y el miedo de la gente para oprimirla y explotarla.

Los dioses: causantes de lo bueno y lo malo

La creencia de los dioses como amos de los fenómenos naturales llevó a que mucha gente alrededor del mundo pensara que gracias a su caprichosa voluntad, había lluvias, tormentas, ciclones, huracanes, tornados, tifones, truenos, relámpagos, terremotos, maremotos,tsunamis, inundaciones, avalanchas, sequías, hambrunas, enfermedades, muerte, etc.

Pero no solamente los dioses controlaban la naturaleza, sino también la buenaventura y el infortunio de los pueblos provocados en realidad por un intercambio, exitoso o no respectivamente, comercial, cultural, militar, etc. con otros.

De ahí que los dioses deberían ser objetos de oración, culto, veneración y adoración por parte de la gente, así como dignos de recibir, a través de sus representantes e intermediarios, lo más valioso de ella: piedras y metales preciosos, lo mejor de la cosecha, sacrificio de animales y humanos, incluyendo los propios hijos o los enemigos vencidos, etc. para así recibir la caprichosa protección divina.

Como dijo Poseidón, dios de los mares, a Odiseo en La Iliada de Homero: “El hombre no es nada sin los dioses”. Así que necesita de ellos, no solo que controlen el mundo sino también su propia vida.

Premio y castigo en la moral religiosa

De hecho, por lo general, cada religión se presenta como la única verdadera y, de ese modo, representa la fidedigna transmisora de la voluntad de la verdadera divinidad, esto es, de sus mandatos morales, que, según se cumplan o violen, los hombres y sus descendientes recibirán recompensa o castigo respectivamente sea en esta o la otra vida. Y en general, las enseñanzas morales de las religiones apuntan a la otra vida y tienden a estar en contra de los placeres de este mundo. Léase, por ejemplo, lo que dice 1 Juan 2:16.

Por tanto, la conducta moral de los seres humanos al basarse en uno o más dioses que premian o castigan la buena o mala conducta, les lleva a ser interesados o temerosos en su accionar, lo cual no es muy moral que digamos. Es decir, el creyente puede pensar que si hace este o aquel bien a los demás, no solo recibirá las gracias y los halagos de éstos sino que recibirá la aprobación y la recompensa por parte de lo divino. Y de modo semejante puede pensar en relación al mal que haga contra su prójimo, quien lo desaprobaría y rechazaría o peor, podría querer tomar revancha, además de recibir castigo y condena divina.

Una moral no tan buena

Por otro lado, a través de la historia, podemos ver que la religiones han pregonado una cosa y han hecho otra. Los judíos heredaron a la humanidad los diez mandamientos, otorgados supuestamente a Moisés, que ordenaban no matar y sin embargo, según su libro sagrado, la Tanach, aquél mandó hacer la guerra contra los madianitas y matar, azuzado por Jehová Dios, no solo a los varones adultos o infantes sino hasta a mujeres no vírgenes en su paso hacia a la Tierra Prometida (Números XXI). También el Señor en venganza mandó matar a todos los amalecitas: hombres, mujeres, niños y recién nacidos (1 Samuel 15:1–4).

Además, no solo el Antiguo Testamento sino Jesucristo enseñó a sus seguidores a amar al prójimo y perdonar al enemigo y, sin embargo, por la historia sabemos que, en el Medioevo, ejércitos de confesos cristianos europeos saquearon y mataron a musulmanes en su camino a la Tierra Santa para “recuperarla” de estos, y que en la Modernidad, aventureros viajaron y sojuzgaron otras culturas o, peor, diversos reinos y naciones lucharon entre ellos rogando por la victoria, matando y venciendo a sus enemigos, al mismo Dios bíblico para defender la fe “verdadera”. 

Peor aún, la intolerancia cristiano católica se ensañó contra los judíos, protestantes y herejes por medio de la persecución y tortura inhumana del Tribunal del Santo Oficio o Santa Inquisición que condenaba a la muerte por la hoguera a los acusados impenitentes. Otra perversión se da cuando en el catolicismo se practica la extrema unción que al ser dada al agonizante, recibe el perdón de sus pecados, no importando la magnitud, muerte y destrucción que pudo ocasionar durante su vida.

El Nuevo Testamento también enseña que los esclavos se deben a sus amos y, por tanto, no deben rebelarse, así como las mujeres a sus maridos y, por eso, les deben sumisión y obediencia (Tito 2:9-10). Esto último es practicado aún en la actualidad solo por las iglesias tradicionalistas o fundamentalistas.

De otro lado, el Corán enseña que: hombres y mujeres son iguales (33:35), los primeros deben proteger y proveer a las segundas, y a la vez tienen autoridad (4:34) sobre ellas (1), y no solo pueden amonestarlas sino incluso pegarles. Esto se traduce en ciertas prácticas musulmanas donde mujeres que son golpeadas, mutiladas y hasta muertas por sus compañeros, novios, maridos o ex maridos incluso en países desarrollados (2). Y, según ciertas interpretaciones coránicas, la mujer debe quedarse en su casa y así no recibir educación, trabajar e incluso manejar auto --cosa que tiene fuerza de ley en Arabia Saudita (3).

Por su parte, hay incluso naciones o provincias islámicas donde el homosexualismo es delito como la de Aceh en Indonesia (4). También lo fue en el Occidente cristiano hasta el siglo pasado, ahí tenemos los casos de Óscar Wilde y Alan Turing que sufrieron prisión por sus tendencias homosexuales. Los cristianos literalistas continúan rechazándolos y condenándolos basados en la Biblia (Lev. 20:13; Rom. 1:26-27; 1 Cor. 6:9; 1 Ti. 1:9-10).

Aunque el Corán garantiza la libertad de creencia (2:257; 18:30) y habla de apóstatas que regresan y se apartan más de una vez de la fe (4:138) y que Mahoma jamás castigó ni mandó matar a los que se apartaban, pero sí a los delincuentes (5), no habla bien de los incrédulos (2:217; 3:72; 3:90; 3:149; 4:137) y hasta los maldice (16:106).

Sin embargo, en los países musulmanes de Somalia, Sudán, Mauritania, Nigeria, Afganistán, Irán, Maldivas, Pakistán, Malasia, Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Yemen, la ley que condena a muerte al ateo y al apóstata, basada en una interpretación antojadiza coránica, no se aplica, induce a que el populacho haga justicia por sus propias manos (6).

La situación tampoco es buena en países de mayoría cristiana, como en los EEUU, donde se ve mal al ateo (7).

Ni es mejor la situación en la India de la minoría musulmana que sufre ataques eventualmente a sus propiedades y templos así como la muerte de algunos de sus integrantes por la mayoría hindú (8).

Conclusiones

La moral religiosa al apuntar al cielo es muy exigente e irrealista y así fácil de ser desobedecida y distorsionada. Puede causar una falta de responsabilidad de las acciones de los creyentes al basarse supuestamente en una voluntad divina misericordiosa y perdonadora y fomentar así la hipocresía, el interés y el miedo.

La historia pasada y presente de la humanidad nos muestra las contradicciones entre los preceptos morales de una misma religión además de la práctica (in)moral de los creyentes, y que toda religión tiene el germen de la intolerancia y el abuso al concebirse ilusoriamente como la verdadera fe y el único camino al Dios verdadero.

La maldad humana se manifiesta en cualquier sociedad, atrasada o no, se sea creyente o no en una divinidad. Pero es un escándalo de parte de quiénes se dicen defensores de la fe y la moral que sean descubiertos in fraganti cometiendo sin freno sus fechorías y excesos: viviendo en mansiones y lujosamente gracias a las generosas contribuciones de sus fieles, muchos de ellos trabajando en exceso y gratis para la obra “divina” (mejor dicho para el bolsillo del líder que está “cerca” de Dios); o aprovechándose de las mujeres de toda edad que al buscar su guía y consejo espiritual son manipuladas, seducidas y hasta extorsionadas para entregar también sus cuerpos además de sus almas o mentes. No importa qué fe profesen y prediquen tales líderes religiosos cuando se benefician  económica, laboral hasta sexualmente de sus seguidores, hombres, mujeres y menores de edad a los cuales engañan tramposa y abusivamente.

REFERENCIAS

(1) Medina, Xaviera: "¿Qué quieren las mujeres musulmanas? Descubriendo los derechos de la mujer en el Islam", October 2, 2014: https://www.openglobalrights.org/what-do-muslim-women-want-finding-womens-rights-in-islam/?lang=Spanish

(2) Mohamed Mohand, Laila; Dolores Seijo Martínez y Mercedes Novo Pérez. “Mujeres de cultura musulmana víctimas de violencia de género” en DEDiCA. Revista de Educação e Humanidades, 2 (2012) março, 179-190:

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3825634.pdf

(3) Bonavides Mateos, Enrique ."Ser mujer en Arabia Saudita. Notas sobre el Derecho Islámico " en Acta Poetica 29 (2) Otoño, 2008: http://www.scielo.org.mx/pdf/ap/v29n2/v29n2a26.pdf

(4) BBC Mundo. "El brutal castigo público que recibieron dos homosexuales en Indonesia que fueron azotados frente a una multitud", 24 mayo de 2017: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-40038880

(5) Gill, Marwan y Azhar Goraya. ¿Castiga el Islam la Apostasía con la Muerte?

21 de diciembre, 2020-9 de mayo, 2021: https://es.reviewofreligions.org/apostasia/

(6) Castedo, Antía. "Los países en los que ser ateo está castigado con la muerte" en BBC Mundo, 12 diciembre 2014: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/12/141211_condena_muerte_ateos_ac

(7) Maqbool, Aleem. "El estigma de ser ateo en Estados Unidos", en BBC, 5 agosto de 2014: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/08/140804_estigma_ateos_en_estados_unidos_bd

(8) Martínez, Ángel. (2020). “La violencia entre hindúes y musulmanes causa al menos 27 muertos en Delhi”, en El País, 26 de febrero, 2020: https://elpais.com/internacional/2020/02/26/actualidad/1582704901_735518.html

(Publicado simultáneamente como "¿Qué tan moral es la ética religiosa?" en Pensar, revista iberoamericana para la ciencia y la razón: https://pensar.org/2022/05/que-tan-moral-es-la-etica-religiosa/)


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