Escritor y divulgador del ateísmo y del librepensamiento racionalista
Cristo y Zaqueo, por Niels Larsen Stevns. 1913.
Cuando Jesús inició su ministerio, se dedicó por completo a predicar el evangelio. Es decir, era su única actividad. Y algunos podrán decir: ‘¡Qué bueno…!’. Pero muy pocos se preguntan de qué vivía Jesús - económicamente hablando, claro- .
Mucha gente tiene una idea muy cinematográfica acerca de la vida de Jesús: piensan que se la pasaba todo el día caminando de aquí para allá, predicando el evangelio y haciendo milagros por doquier. Sin embargo, había otra actividad que Jesús hacía, y que la podemos encontrar en la Biblia, pero de manera implícita, y era la de buscar personas que financiasen su actividad política y religiosa.
Para decirlo en otras palabras, Jesús buscaba personas con mucho poder y dinero para que lo apoyen política y económicamente. De allí -de sus financiadores- Jesús obtenía el dinero que necesitaba para vivir y para dedicarse a seguir difundiendo su ideología.
La mayoría de gente tal vez se imagina que Jesús vivía como un mendigo, que no tenía donde recostar la cabeza y que comía de la sobras que le daba la gente por ahí. Creen que Jesús vivía de pequeñas ofrendas de la gente común y cosas por el estilo.
¡Pero no!... en realidad no era tan así. Seguramente Jesús y sus discípulos recibían pequeñas ofrendas de la gente común, pero el verdadero poder de Jesús radicaba en el apoyo que recibía por parte de personas ricas, económicamente: ¡personas con mucho poder y dinero!
¿Pero qué tipo de personas con poder y dinero financiaban a Jesús?
Zaqueo
Zaqueo -por ejemplo- era un hombre rico, dice la Biblia. Y además de ser recio, era jefe de los publicanos. (Lucas 19:2) Es decir, Zaqueo no era una persona cualquiera; tenía un estatus social elevado: ¡era un jefe encargado de efectuar la recaudación de los tributos! -impuestos- (¡nada más y nada menos!).
Dice la Biblia, que cuando Jesús estaba entrando a la ciudad de Jericó, no obstante la multitud, vio a Zaqueo que estaba subido arriba de un árbol, esperando verlo pasar -ya que era de baja estatura- Pero Jesús se detuvo en medio de la multitud e invitó a Zaqueo a bajarse del árbol, porque quería posarse en su casa. (Lucas 19:5) Y Zaqueo, encantado, lo recibió en su casa...
Entonces podríamos preguntarnos: ¿Por qué, en medio de la multitud, Jesús vio a Zaqueo arriba de un árbol y le propuso justo a él, ir a su casa juntos? ¿Tal vez porque le dio lástima verlo subido arriba de un árbol…? No creo...
Evidentemente Jesús tenía el dato acerca de quién era Zaqueo; y aunque la Biblia no da muchos detalles de lo que hablaron en privado, muy probablemente podríamos suponer que además de hablar de temas espirituales, habrán hablado también de temas económicos.
Supongo que Jesús sabía que Zaqueo le podría ser de gran ayuda: era una persona ideal para ser un financiador de su causa. Y por eso, no es difícil suponer que Zaqueo haya aportado mucho dinero para financiar a Jesús. Porque Zaqueo era rico, y además se jactaba de ello. (Lucas 19:8).
José de Arimatea
Otra persona clave en la vida de Jesús, fue José de Arimatea, quien además de ser un hombre rico, ¡fue también su discípulo! (Mateo 27:87).
Pero no lo declaraba públicamente por miedo de los judíos (Juan 19:38).
A la riqueza de José de Arimatea, debemos agregar que pertenecía al concilio, es decir al sanedrín, el tribunal supremo de los judíos, por lo tanto ¡tenía mucho poder!
Fue él -José de Arimatea- quien pidió para hablar con Pilato para que le diesen el cuerpo de Jesús; y Pilato accedió.
No cualquiera tenía acceso directo para comunicarse con Pilato, y mucho menos para pedirle algo. Pero José de Arimatea lo hizo, ¡porque era un hombre rico y poderoso!
Y a esta clase de amigos poderosos, Jesús no los llamaba 'mis ovejas'.
¿Se dan cuenta? Ésta era la clase de gente, con poder y dinero, que Jesús tenía como amigos.
Y aunque la Biblia no da muchos detalles de la vida de José de Arimatea, como discípulo de Jesús, no es descabellado suponer que este haya sido una persona de fundamental importancia para sostener económica y políticamente la organización de aquel que aseguraba ser ‘el hijo de Dios’.
Mateo
El discípulo Mateo, también fue una persona clave. Jesús necesitaba una persona como Mateo en su círculo de confianza más cercano…¿Para qué?: ¡para manejar las finanzas!; porque alguien debía hacerlo, y manejar dinero no es para cualquiera. Y Mateo era un hombre entendido en materia financiera. Él estaba sentado al banco de los tributos públicos -trabajando con dinero- cuando Jesús lo vio y le dijo: ´¡Sígueme!’ (Mateo 9:9) Y Mateo lo siguió...
Y podemos suponer que Mateo era un hombre de una muy buena posición económica, porque ese mismo día que decidió seguir a Jesús, dice la Biblia, ¡que hizo un gran banquete en su casa, con mucha gente! (Lucas 5: 27-29).
El Centurión
Otro poderoso amigo -o por lo menos, seguidor de Jesús- era un centurión: un militar del ejército romano. Y por como está relatada la historia, podemos suponer que el centurión conocía muy bien a Jesús, y aunque no lo siguiese físicamente, como los otros discípulos, ideológicamente sí lo hacía.
El relato bíblico dice que el centurión vino hasta donde estaba Jesús ¡y le rogó que sanase a su criado!
Y acá notamos algo muy raro y llamativo: ¿un militar de alto rango que le ruega un favor a un civil?
¡El centurión podría haber sido condenado a muerte por ir a buscar asistencia médica fuera del ejército romano! Y, sin embargo, lo hizo.
Evidentemente había una relación personal previa entre Jesús y el centurión, porque cuando éste le dijo: ‘Señor, no soy digno de que entres en mi casa’ (Mateo 8:5), Jesús no se planteó cuán indigno fuese el centurión, para entrar, o no, en su casa.
Aparentemente a Jesús no le importaba ir a la casa del centurión, sino que éste -un militar de alto rango- se humillase ante él y lo llamase públicamente ‘Señor’, para así hacer notar un grado de superioridad delante de la gente.
Y tal vez ni siquiera haya sido cierto que el centurión tuviese un criado enfermo; tal vez colaboró con Jesús -haciendo una farsa públicamente- para apoyarlo políticamente.
Nicodemo
Nicodemo también era otro amigo -o por lo menos, hombre de confianza- de Jesús, ya que solía ir a hablar con él, pero de noche, a escondidas. (Juan 3:2) ¿Quizás Nicodemo le llevaba a Jesús información política sensible, y por eso iba a verlo de noche?
Y recordemos que Nicodemo tenía un alto rango social: era un principal entre los judíos. Es decir, este era otro contacto muy importante que tenía Jesús.
Pilato
Poncio Pilato era un político muy poderoso: era gobernador de Judea. Y por lo que leemos entre líneas en los relatos bíblicos, podemos deducir, que si no era amigo de Jesús, tenía una inmensa simpatía por él.
Esta simpatía, o tal vez amistad, entre Pilato y Jesús, llevó a Pilato a intentar -desde un primer momento- salvar a Jesús de la crucifixión.
Y esto se puede notar cuando Jesús fue llevado a la casa de Caifás - el sumo sacerdote- allí ‘Pilato salió a ellos, preguntándoles: '¿Qué acusación traéis contra este hombre?’ (Juan 18:28,29).
Pilato ‘salió a ellos’; es decir, tomó la iniciativa de ir a reclamar ante los que acusaban a Jesús, ¡para salvarlo!
¿Qué necesidad tenía Pilato de hacerlo?
Aparentemente Pilato no podía decir abiertamente que era amigo o simpatizante de Jesús, por eso, seguía todo el procedimiento burocrático que correspondía. Recordemos que todo esto se desarrollaba en un marco religioso, pero también político.
Y cuando Pilato estaba interrogando Jesús, y le preguntó: ‘¿Eres tú el rey de los Judíos?’ Y Jesús respondió: ‘Tú lo has dicho...’ (Mateo 27:11).
-‘¿Tú lo has dicho...?’.
¿Pero cuánta confianza tenía Jesús para hablar así con un gobernador?
¿Así se respondía a un gobernador en aquella época? ¡No, claro que no! -da la impresión como que eran dos personas que ya habían hablado previamente en otras ocasiones-.
Porque a un gobernador, se le respondía con respeto, tal vez anteponiendo la palabra ‘Señor’ o ‘Mi señor’, a lo que uno iba a expresar (como lo hizo el centurión cuando quiso demostrar respeto hacia Jesús llamándolo ‘Señor’).
Pero Jesús le respondió a Pilato, como quien responde a alguien de confianza, a alguien que uno conoce muy bien, probablemente, como quien responde a un amigo.
Por eso -tal vez por una amistad y por conveniencia política- es que Pilato insistía tanto, aún ante la presión pública, diciendo: ‘¡No hallo delito alguno en este hombre…!’.
Por lo tanto no es descabellado pensar que Jesús y Pilato hayan sido amigos.
Conclusión: Es muy fácil deducir que la actividad de Jesús no era exclusivamente de carácter religioso, sino también político. (¡sobre todo, político!).
Y también podemos deducir, que el movimiento religioso de Jesús manejaba ingentes sumas de dinero. Piensen solamente en el hecho de que Jesús tenía doce apóstoles que se dedicaban exclusivamente a la actividad religiosa, ¡y que cada apóstol debía mantener a su respectiva familia…!
Y no creo que las familias de los discípulos hayan pasado hambre…
Es decir, para pagarle un sueldo digno a doce personas -doce empleados- un empresario debe tener una actividad comercial muy redituable que genere muy buenos ingresos.
Ninguna organización religiosa subsiste sin dinero; y el dinero nunca proviene de ningún dios, sino de la gente común; de esa gente que no hace nada de 'extraordinario', pero que simplemente trabaja de sol a sol para mantener a sus ministros religiosos ¡y salvarlos de que no se mueran de hambre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario